Si quieres saber cómo se vería un mundo acuático en órbita alrededor de otra estrella, simplemente observa nuestro propio planeta ... desde lejos. Otro mundo como el nuestro, en órbita alrededor de una estrella distante debería ser obvio, suponiendo que tenga un telescopio mucho más potente y utilice las técnicas correctas para analizar la luz que rebota en el mundo acuoso.
Investigadores de Penn State y la Universidad de Hawai han desarrollado una técnica que creen que ayudará a identificar estos mundos acuáticos; hogares potenciales para la vida alrededor de otras estrellas. Esta técnica se detalla en la edición más reciente de la revista. Ícaro.
"Estamos buscando planetas similares a la Tierra en la zona habitable de su estrella, una banda no demasiado caliente ni demasiado fría para que exista la vida", dice Darren M. Williams, profesor asociado de física y astronomía, Penn State Erie. "También queremos saber si hay agua en estos planetas".
A continuación, le mostramos la diferencia entre un planeta infernal como Venus y un mundo acuático más cómodo como la Tierra. Un planeta como Venus tiene una atmósfera muy densa que dispersa la luz solar en todas las direcciones. Desde nuestro punto de vista, veríamos que la cantidad de luz proveniente del planeta cambia dependiendo de su posición a su estrella madre. Al igual que Venus, veríamos a este planeta extrasolar pasar por fases, cambiando de brillo de una manera muy predecible.
Un mundo acuoso, como la Tierra, en realidad parecería mucho más oscuro cuando todo el disco esté iluminado, ya que el agua es más oscura que la suciedad. Pero cuando el planeta está en media luna, la luz del sol se miraría desde la superficie del agua, y en realidad parecería más brillante.
Los astrónomos quieren monitorear la curva de luz de un planeta distante a medida que gira sobre su eje y orbita su estrella. Al observar el brillo de la luz proveniente del planeta, deberían poder determinar si tiene una atmósfera densa de Venus o si es más adecuada para un mundo acuoso.
El equipo aún no está listo, pero en los próximos 10 a 20 años, probablemente se construirá un observatorio con suficiente sensibilidad para recoger la luz de los planetas del tamaño de la Tierra que orbitan otras estrellas. Y este método debería ayudar a determinar si serán mundos acuosos, capaces de soportar la vida.
Fuente original: Comunicado de prensa de Penn State