Una nueva mirada a los datos recopilados de la nave espacial Galileo en 1990 revela que Venus alguna vez pudo haber sido habitable, con evidencia de continentes y océanos pasados. Un equipo internacional dirigido por el científico planetario George Hashimoto, en la Universidad de Okayama, Japón, descubrió que las regiones de las tierras altas de Venus emitían menos radiación infrarroja que sus tierras bajas. Una interpretación de esta dicotomía, dice el nuevo artículo del equipo, es que las tierras altas están compuestas en gran parte de rocas "felsicas", particularmente granito. El granito, que en la Tierra se encuentra en la corteza continental, requiere agua para su formación.
La nave espacial Galileo fue el primer uso de infrarrojos para mirar a Venus. Los científicos creían que solo el radar podía ver a través de las densas nubes de ácido sulfúrico en la atmósfera de Venus hasta la superficie. "La detección de la superficie en el infrarrojo es un gran avance", fue citado el coautor Kevin Baines de JPL en un artículo en Nature.
El artículo también citó a otro científico del JPL, David Crisp, que no participó en este estudio diciendo que estas nuevas conclusiones no están respaldadas ni por los datos disponibles ni por los propios modelos del equipo.
"Entendemos que nuestro trabajo no resuelve todo", responde el coautor Seiji Sugita, científico planetario de la Universidad de Tokio. Sugita dice que el siguiente paso es aplicar sus modelos a los datos de la nave espacial Venus Express de la Agencia Espacial Europea, que ya está orbitando Venus, y el Venus Climate Orbiter de la Agencia Espacial Japonesa, cuyo lanzamiento está programado para 2010.
La posible presencia de granito sugiere que el movimiento de la placa tectónica y la formación de continentes pueden haber ocurrido en Venus, así como el reciclaje de agua y carbono entre el manto y la atmósfera del planeta.
Venus ahora es infernalmente caluroso y seco, con una atmósfera de 96% de dióxido de carbono y una temperatura superficial de alrededor de 460 grados C, pero algunos científicos creen que nuestro planeta vecino podría haber sido más parecido a la Tierra.
Otro científico citado en el artículo de Nature, el geofísico Norm Sleep de la Universidad de Stanford en California, dijo que Venus podría haber estado casi completamente bajo el agua. "Aunque sin más datos geoquímicos, agrega, no sabemos si la temperatura de este océano temprano era de 30 grados C o 150 grados C", dijo.
Pero cualquier océano en Venus habría durado solo unos pocos cientos de millones de años. A medida que el Sol se volvió más caliente y brillante, el planeta experimentó un efecto invernadero desbocado. "Cualquier vida en Venus que no hubiera descubierto cómo colonizar la nube supera los mil millones de años después de que la formación del planeta hubiera tenido grandes problemas", dice Sleep.
Fuentes: Naturaleza, Resumen